EE UU coloca bonos con tipos negativos por primera vez en la historia
Los inversores tratan de protegerse contra el alza de la inflación
SANDRO POZZI | New York 25/10/2010
Los inversores están empezando a anticipar el impacto que tendrá a largo plazo la próxima maniobra de la Reserva Federal para apuntalar la recuperación, reactivando la compra masiva de deuda. Por primera vez en la historia, el Tesoro de EE UU ha vendido bonos a cinco años a un tipo de interés real por debajo de cero, como consecuencia del temor de un repunte de la inflación.
En concreto el Tesoro estadounidense ofreció 10.000 millones de dólares en bonos protegidos contra la inflación (TIPS) a un tipo negativo del 0,55%. Es decir, los inversores se conforman con una rentabilidad que sea 0,55 puntos porcentuales inferior a la tasa de inflación.
Los tipos de interés negativos son imposibles en los bonos convencionales, porque supondrían que el inversor recupera menos dinero del que ha invertido. Sin embargo, sí son posibles en los bonos protegidos frente a la inflación, ya que de lo que se trata en este caso no es de tipos nominales sino de tipos reales, esto es, descontada la inflación.
En la actualidad, los bonos convencionales a cinco años cotizan con una rentabilidad del 1,14%. Por tanto, la apuesta implícita de los inversores que compraron esos bonos con tipos reales negativos es que la inflación se situará en los próximos cinco años en una media de al menos el 1,69% anual (1,14% que renta el bono convencional y el 0,55% de tipo real negativo).
Hace semana y media, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dio a entender que su objetivo es que la inflación se sitúe ligeramente por debajo del 2%. En su opinión, con una inflación tan baja como la actual, del 1,1%, la imposibilidad de bajar los tipos de interés nominales por debajo del 0%-0,25% a que se encuentran se convierte en un corsé demasiado rígido: "Los tipos de interés reales son demasiado altos, dado el estado de la economía y el riesgo de deflación es mayor que el deseable", dijo. La Fed prepara desde el verano al mercado para medidas no convencionales con que evitar que la economía se vea atrapada en una espiral deflacionista al estilo japonés.
Esas medidas no convencionales consisten básicamente en la compra de bonos por parte del banco central. Es lo que se conoce como relajación cuantitativa o, más coloquialmente, dar a la máquina de imprimir dinero. La inyección de dólares en la economía tendrá como efecto colateral aumentar la tasa de inflación. Por eso, en el mercado de bonos creen que el riesgo de deflación es bajo y la estrategia del banco central eleva la demanda de activos protegidos contra la inflación.
- Capital:
- Washington.
- Gobierno:
- República Federal.
- Población:
- 303,824,640 (est. 2008)
Estados Unidos
A FONDO
Los tipos de interés negativos son imposibles en los bonos convencionales, porque supondrían que el inversor recupera menos dinero del que ha invertido. Sin embargo, sí son posibles en los bonos protegidos frente a la inflación, ya que de lo que se trata en este caso no es de tipos nominales sino de tipos reales, esto es, descontada la inflación.
En la actualidad, los bonos convencionales a cinco años cotizan con una rentabilidad del 1,14%. Por tanto, la apuesta implícita de los inversores que compraron esos bonos con tipos reales negativos es que la inflación se situará en los próximos cinco años en una media de al menos el 1,69% anual (1,14% que renta el bono convencional y el 0,55% de tipo real negativo).
Hace semana y media, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dio a entender que su objetivo es que la inflación se sitúe ligeramente por debajo del 2%. En su opinión, con una inflación tan baja como la actual, del 1,1%, la imposibilidad de bajar los tipos de interés nominales por debajo del 0%-0,25% a que se encuentran se convierte en un corsé demasiado rígido: "Los tipos de interés reales son demasiado altos, dado el estado de la economía y el riesgo de deflación es mayor que el deseable", dijo. La Fed prepara desde el verano al mercado para medidas no convencionales con que evitar que la economía se vea atrapada en una espiral deflacionista al estilo japonés.
Esas medidas no convencionales consisten básicamente en la compra de bonos por parte del banco central. Es lo que se conoce como relajación cuantitativa o, más coloquialmente, dar a la máquina de imprimir dinero. La inyección de dólares en la economía tendrá como efecto colateral aumentar la tasa de inflación. Por eso, en el mercado de bonos creen que el riesgo de deflación es bajo y la estrategia del banco central eleva la demanda de activos protegidos contra la inflación.